miércoles, 28 de abril de 2010

SOLTAR LAS RIENDAS

El programa nos enseña a SOLTAR LAS RIENDAS, cada una de las siguientes frases son la forma de trabajar ese lema, los invito a reflexionar y practicar cada una de las siguientes frase.




SOLTAR LAS RIENDAS


ü “Soltar las riendas” es temer menos y querer más.


ü “Soltar las riendas” no significa que ya no me importa sino que NO puedo hacerlo por otra persona.


ü “Soltar las riendas” no es desconectarme sino comprender que No puedo controlar a los demás.


ü “Soltar las riendas” no es permitir que los demás se hagan daño sino dejar que aprendan de las consecuencias naturales.


ü “Soltar las riendas” es admitir que soy impotente y que por lo tanto los resultados NO están en mis manos.


ü “Soltar las riendas” es dejar de culpar y de intentar cambiar a los demás, es sacar el mejor partido de uno mismo .


ü “Soltar las riendas” No es “cuidar de” sino “interesarse por”.


ü “Soltar las riendas” Es NO juzgar, es dejar que los demás sean seres humanos.


ü “Soltar las riendas” es NO estar en medio de todas las situaciones para controlar los resultados, es dejar que los demás forjen sus propios destinos.


ü “Soltar las riendas” es NO ser protector, es permitirle a otro que se enfrente a la realidad.


ü “Soltar las riendas” es NO regañar, reñir, ni discutir Es buscar mis propios defectos para corregirlos.


ü “Soltar las riendas” es NO ajustar todo a mis propios deseos es tomarme cada día como venga y alegrarme de estar vivo.


ü “Soltar las riendas” es NO criticar, no controlar, Es convertirme en aquello que sueño ser.


ü “Soltar las riendas” es NO arrepentirme del pasado Es creer y vivir para el hoy y el futuro.

martes, 27 de abril de 2010



ESTOY COMPROMETIDO CON MI RECUPERACIÓN?

Estamos trabajando EL CUARTO PASO DETALLADO y el tema para esta semana es la CONFIANZA Y EL COMPROMISO, y la reflexión del día 28 de Enero del libro Valor para Cambiar hace referencia al tema y vale la pena que nos cuestionemos si estamos comprometidos con nuestra recuperación . El programa nos enseña que necesitamos hacer cuatro cosas para lograr nuestra recuperación:

1. Trabajar los PASOS
2. Leer la literatura aprobada
3. Asistir a las reuniones
4. Tener Madrina o Padrino.
LA RECUPERACIÓN SOLO SE DA CON EL ESFUERZO Y PARA ELLO TENGO QUE TENER COMPROMISO. ¿ TENGO COMPROMISO?
28 de Enero La Página del día

A menudo los recién llegados se sorprenden del número de años que los miembros más antiguos llevan asistiendo a las reuniones de Al-Anon. Deben quedar aún más sorprendidos de que algunos de nosotros hayamos logrado la sobriedad en nuestros hogares o de que ya no haya alcohólicos en nuestras vidas. ¿Por qué seguimos viniendo? Para muchos de nosotros la respuesta es "serenidad".

A veces me rebelo, me impaciento o me aburro. Atravieso períodos de pocos cambios en mí y empiezo a dudar. Pero aún después de muchos años de recuperación en Al-Anon, si pierdo muchas reuniones las cosas comienzan de nuevo a volverse ingobernables. He sido afectado por la bebida de otro. No quiero subestimar el impacto duradero que el alcoholismo causó en mí. Así es que sigo viniendo.

Llegué a Al-Anon buscando una rápida cura para mi dolor, pero me quedé por la solidez, la seguridad y la amistad que encuentro cada día. Debido a mi compromiso con mi propio crecimiento soy capaz de manejar situaciones muy difíciles con mucha paz y la satisfacción en mi vida continúa excediendo mis sueños más alocados.

Recordatorio para hoy

Veo mi recuperación como un modo de vida saludable que puedo compartir alegremente con otros. Hoy aspiro activamente a una vida mejor porque me dedico a mí mismo.

Sólo por hoy tendré un programa a seguir. Quizá no lo siga con exactitud, pero lo tendré. Sólo por hoy

miércoles, 7 de abril de 2010

PERDONARNOS A NOSOTROS MISMOS

A veces tenemos muchas cadenas que nos atan y que no nos dejan fluir con libertad. Muchas de esa cadenas son interiores, fundamentalmente, RESENTIMIENTOS Y RECUERDOS NEGATIVOS. Eso nos quita la alegría y las ganas de gozar cada día. Y por ello necesitamos aprender a perdonarnos A NOSOTROS MISMOS. Mas difícil que perdonar a alguien, que ya es de sumo bien difícil, es perdonarse uno mismo. Si, algunas veces lo que mas cuesta es aceptar y perdonar que hicimos lo menos inteligente, que nos equivocamos a pesar de que todo el mundo nos advirtió el error, que todas las marcas de la vida nos llevaban a un camino o una decisión distinta. Estoy pensando en personas que eligieron a la persona equivocada y ahora no entienden como fue que lo hicieron y no se perdonan haber cometido ese error. Pienso en las personas que pelearon y ofendieron, sin ninguna razón, a alguien que aman y que ahora están sufriendo las consecuencias de su inconsciente acción, por ejemplo. Me refiero, también, a aquellos que, por debilidad de carácter o por creer que era lo mejor, han actuado de tal manera que hoy se arrepienten. Esa falta de perdón a uno mismo se manifiesta en una tristeza, en un desgano y un volver constantemente sobre la misma situación. Perdonarse a si mismo es difícil pero es lo mas liberador que hay. Cuando aceptamos nuestros errores y comprendemos que nos podemos amar a pesar de ellos, estamos en capacidad para comprender y aceptar los errores de los demás y, así, establecer con ellos relaciones sanas. Que me equivoque no significa que no valgo nada o que todo esta perdido. Aceptar que no soy perfecto forma parte del proceso de crecimiento personal. Se que existen personas cínicas e inconscientes que no se dan cuenta de sus errores y no crecen ni mejoran, en sus dimensiones humanas. Pero tarde o temprano - mas temprano que tarde- encontraran el resultado de su inconsciencia.

Tomado del oracional el Man esta vivo del P. Alberto Lineros

sábado, 3 de abril de 2010

Dependencia emocional dominante - 1 parte.

En los artículos pasados hemos escrito sobre temas de codependencia sumisa, hoy les hablaremos de la dependencia dominante, qué es?, ¿cómo se caracteriza?, ¿cómo influyen en otras personas?, ¿cómo se sabe que hay una dependencia tras la dominación y la hostilidad?

Esta forma estándar, en sus grados más extremos de gravedad, es la responsable a nuestro juicio del comportamiento del grupo de personas víctimas de malos tratos que continúa amando a su pareja. Sin embargo, existen lo que hemos denominado “formas atípicas” de dependencia emocional, en las que este fenómeno aparece simultáneamente con otros. Una de estas formas atípicas es la dependencia dominante, coexistiendo aquí tanto la necesidad afectiva propia de la forma estándar, como una intensa agresividad hacia la pareja. La ambivalencia resultante es la responsable del comportamiento peculiar del grupo de maltratadores al que hemos hecho referencia al comienzo de este artículo.


Los dependientes dominantes se caracterizan, como su propio nombre indica, por tener relaciones de dominación en lugar de sumisión, sin por ello dejar de sentir dependencia hacia su pareja. Ya hemos visto en la dependencia emocional normal que las relaciones de pareja se caracterizaban por la sumisión y la idealización. En el caso de la dependencia dominante se da simultáneamente con la necesidad afectiva un sentimiento de hostilidad. Se puede interpretar esta hostilidad como una especie de venganza por las carencias sufridas, que ciertas personas con una autoestima algo más sólida se pueden permitir el lujo de mostrar. Estas personas suelen ser varones, lo cual tiene posiblemente implicaciones tanto biológicas como culturales, en tanto éstos tienen presiones sociales para adoptar posiciones de fuerza y competitividad, y cierta facilidad para la desvinculación afectiva hacia los demás.


Estos dependientes dominantes establecen relaciones de pareja desde una perspectiva superior, de dominio, y utilizan a su pareja para satisfacer sus sentimientos ambivalentes (la ambivalencia es la presencia simultánea de afectos positivos y negativos que entran en conflicto). Por un lado atacan, controlan, dominan o incluso humillan a su pareja. Esto refuerza al mismo tiempo su autoestima porque niegan así su otro sentimiento fundamental, la dependencia. Pero detrás de esta posición de superioridad se esconde una profunda necesidad y control del otro, al que quieren siempre consigo y en exclusividad. En este tipo de dependencias son muy comunes los celos, incluidos los patológicos, que encubren la necesidad y la posesión que sienten hacia su pareja. Digamos que con esta actitud de dominio obtienen lo mismo que desea el dependiente emocional estándar, que es la presencia continua de su pareja, y además contentan otra tendencia más hostil y dominante, satisfaciendo así su ego y su rencor hacia las personas.


Tomado de: Jorge Castello Blasco- I Congreso Virtual de Psiquiatría

Dependencia Emocional Dominante (1 parte)

En los artículos pasados hemos escrito sobre temas de codependencia sumisa o dependiente, hoy les hablaremos de la dependencia dominante, qué es?, ¿cómo se caracteriza?, ¿cómo influyen en otras personas?, ¿cómo se sabe que hay una dependencia tras la dominación y la hostilidad?


Esta forma estándar, en sus grados más extremos de gravedad, es la responsable a nuestro juicio del comportamiento del grupo de personas víctimas de malos tratos que continúa amando a su pareja. Sin embargo, existen lo que hemos denominado “formas atípicas” de dependencia emocional, en las que este fenómeno aparece simultáneamente con otros. Una de estas formas atípicas es la dependencia dominante, coexistiendo aquí tanto la necesidad afectiva propia de la forma estándar, como una intensa agresividad hacia la pareja. La ambivalencia resultante es la responsable del comportamiento peculiar del grupo de maltratadores al que hemos hecho referencia al comienzo de este artículo.


Los dependientes dominantes se caracterizan, como su propio nombre indica, por tener relaciones de dominación en lugar de sumisión, sin por ello dejar de sentir dependencia hacia su pareja. Ya hemos visto en la dependencia emocional normal que las relaciones de pareja se caracterizaban por la sumisión y la idealización. En el caso de la dependencia dominante se da simultáneamente con la necesidad afectiva un sentimiento de hostilidad. Se puede interpretar esta hostilidad como una especie de venganza por las carencias sufridas, que ciertas personas con una autoestima algo más sólida se pueden permitir el lujo de mostrar. Estas personas suelen ser varones, lo cual tiene posiblemente implicaciones tanto biológicas como culturales, en tanto éstos tienen presiones sociales para adoptar posiciones de fuerza y competitividad, y cierta facilidad para la desvinculación afectiva hacia los demás.


Estos dependientes dominantes establecen relaciones de pareja desde una perspectiva superior, de dominio, y utilizan a su pareja para satisfacer sus sentimientos ambivalentes (la ambivalencia es la presencia simultánea de afectos positivos y negativos que entran en conflicto). Por un lado atacan, controlan, dominan o incluso humillan a su pareja. Esto refuerza al mismo tiempo su autoestima porque niegan así su otro sentimiento fundamental, la dependencia. Pero detrás de esta posición de superioridad se esconde una profunda necesidad y control del otro, al que quieren siempre consigo y en exclusividad. En este tipo de dependencias son muy comunes los celos, incluidos los patológicos, que encubren la necesidad y la posesión que sienten hacia su pareja. Digamos que con esta actitud de dominio obtienen lo mismo que desea el dependiente emocional estándar, que es la presencia continua de su pareja, y además contentan otra tendencia más hostil y dominante, satisfaciendo así su ego y su rencor hacia las personas.


Tomado de: Jorge Castello Blasco- Análisis de la Dependencia Emocional - I Congrso Virtual Psiaquiatría